Por Amanda Morin Actualizado el 18 de septiembre de 2020. / Comprobado por Emily Swaim
Ciencias, matemáticas, lengua y ciencias sociales son las asignaturas básicas de los alumnos de primaria. De estas cuatro asignaturas, estudios sociales es probablemente la más incomprendida. Mucha gente la interpreta como geografía e historia, pero en realidad es mucho más que eso.
En 2010, el Consejo Nacional de Estudios Sociales, una asociación con sede en Maryland fundada en 1921, publicó un marco actualizado para la enseñanza que refuerza los 10 temas que componen un programa eficaz de estudios sociales.
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| La asignatura de estudios sociales para tus hijos. |
Cultura
El estudio de la cultura implica el examen de las creencias, los valores, los comportamientos y las lenguas de diferentes grupos, tanto contemporáneos como históricos. Los alumnos no sólo compararán grupos interculturales, sino que también examinarán cómo adaptan y asimilan sus creencias. Este tema de estudios sociales incorpora la historia, la antropología, la geografía y la sociología.
Tiempo, continuidad y cambio
El estudio del tiempo, la continuidad y el cambio implica la evaluación de cómo determinados acontecimientos modifican la experiencia humana a lo largo del tiempo. Los alumnos explorarán cómo la historia ha configurado el entorno social, económico y político de una época concreta y cómo esos cambios han dado lugar al entorno actual.
Personas, lugares y entornos
El estudio de las personas, los lugares y los entornos implica un examen de cómo los patrones climáticos, la geografía y los recursos naturales configuran la sociedad. Se examina cómo estas fuerzas fijas o cambiantes influyen en todo, desde la inmigración y las leyes hasta la economía y las políticas comerciales.
Desarrollo individual e identidad
El estudio del desarrollo individual y la identidad examina cómo la identidad personal está conformada por las normas e instituciones sociales a las que está expuesta una persona. Incorpora la psicología, la sociología y la antropología y examina las diversas formas en que las personas responden a esas influencias.
Individuos, grupos e instituciones
El estudio de individuos, grupos e instituciones evalúa cómo las instituciones sociales, religiosas y políticas forman los sistemas de creencias de sus miembros. A la inversa, examina cómo esas instituciones pueden verse influidas por los cambios en las actitudes sociales, las comunicaciones y los acontecimientos.
Poder, autoridad y gobernanza
El estudio del poder, la autoridad y la gobernanza se refiere al modo en que los gobiernos interpretan y aplican las leyes. Examina todos los aspectos de la competencia cívica y el modo en que los derechos de los ciudadanos pueden ser protegidos o subvertidos.
Producción, distribución y consumo
El estudio de la producción, la distribución y el consumo implica la exploración de cómo los sistemas de comercio e intercambio influyen en el valor y el consumo de los bienes. También pone de relieve cómo los cambios en los recursos pueden afectar a la política económica o estimular la inversión en tecnología e innovación.
Ciencia, tecnología y sociedad
El estudio de la ciencia, la tecnología y la sociedad examina cómo los avances científicos o tecnológicos alteran los comportamientos y actitudes de una cultura. Entre otras cosas, analiza cómo la creciente globalización ha afectado (y sigue afectando) a la política, la cultura, la lengua, el derecho, la economía e incluso la religión.
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| El estudio del poder, la autoridad y la gobernanza se refiere al modo en que los gobiernos interpretan y aplican las leyes. |
Conexiones globales
El estudio de las conexiones globales explora el modo en que la información se ha difundido al público a lo largo de generaciones. No sólo examina cómo el mayor acceso a la información reconfigura las normas sociales y políticas, sino también cómo puede alterar el modo en que las personas consumen, destilan o distorsionan la información.
Ideales y prácticas cívicas
El estudio de los ideales y prácticas cívicas explora las formas en que el gobierno puede incentivar o desincentivar la participación de su población en la sociedad cívica. Esto incluye, entre otras cosas, la participación activa en las votaciones y la aceptación de la libertad de expresión como parte de la democracia representativa.