Signos y síntomas de los trastornos de conducta más comunes en los niños

Por Amy Morin, LCSW Actualizado el 28 de abril de 2021. / Revisado médicamente por Carly Snyder, MD.

Es normal que los niños pasen por fases desafiantes a medida que crecen. Una parte del proceso de dominio y afirmación de su independencia consiste en desafiar las normas y los límites. 

En cambio, los trastornos de conducta son algo más que rabietas ocasionales o comportamientos desafiantes. Un niño con un trastorno de conducta diagnosticable experimenta problemas de comportamiento lo bastante graves como para interferir en su rendimiento escolar o en sus relaciones con amigos y familiares.

Los trastornos de conducta pueden empeorar con el tiempo si no se tratan, por lo que es importante que un profesional de la salud mental cualificado evalúe al niño si sospecha que padece un trastorno de conducta.

 Signos y síntomas de los trastornos de conducta más comunes en los niños

¿Qué es un trastorno de conducta?

Cuando los comportamientos perturbadores de un niño duran seis meses o más y afectan a su vida escolar, familiar y social, es posible que desee buscar un diagnóstico.

Entre los signos que pueden indicar un trastorno del comportamiento se incluyen:

  • Falta de atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad
  • Desafío
  • Consumo de drogas
  • Delincuencia

El diagnóstico implica una evaluación de los síntomas, la historia clínica y los antecedentes del niño. El médico recabará información tanto de usted como de su hijo. También es posible que pida hablar con los profesores y otros cuidadores de su hijo para obtener una imagen lo más completa posible de cómo se comporta su hijo en diversos entornos. 

Sólo un profesional cualificado, como un psiquiatra, psicólogo, trabajador social, enfermero o pediatra, puede diagnosticar un trastorno del comportamiento.


Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del comportamiento más comunes. Aunque el TDAH suele considerarse un trastorno de la infancia, no es algo que se supere con la edad. 

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta al 11% de los niños en edad escolar. Para el 75% de las personas con TDAH, los síntomas persisten en la edad adulta. Los síntomas pueden variar de leves a graves. 

Tipos de TDAH

  • Predominantemente hiperactivo-impulsivo
  • Predominantemente desatento
  • Combinación de hiperactividad-impulsividad e inatención

Síntomas

Los síntomas del TDAH varían en función de si el TDAH de su hijo es leve o grave y del tipo de TDAH que padezca. Los síntomas pueden presentarse de forma diferente según la edad. Un niño pequeño, por ejemplo, puede tener problemas para seguir instrucciones y estar inquieto, mientras que un adolescente puede tener más dificultades para establecer prioridades y desviarse del tema.

Síntomas del TDAH por falta de atención:

  • Comete errores por descuido. 
  • Dificultad para concentrarse .
  • Dificultad para seguir instrucciones .
  • Desorganización.
  • Evita las tareas que requieren esfuerzo mental. 
  • Pierde cosas con frecuencia.
  • Se distrae con facilidad.
  • Olvidadizo

Síntomas del TDAH impulsivo/hiperactivo:

  • Habla incesantemente.
  • Incapacidad para estarse quieto.
  • Dificultad para participar en actividades tranquilas.
  • Impaciencia.
  • Responder de forma intempestiva o hacer comentarios inapropiados.
  • Hacer cosas sin pensar en las consecuencias.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del TDAH es crucial. Sin el apoyo y el tratamiento adecuados, los niños pueden tener dificultades académicas, sociales y emocionales. Para diagnosticar el TDAH, un clínico realizará una evaluación exhaustiva, que incluirá un historial médico completo y un historial del comportamiento de su hijo. Las opiniones de los padres, los profesores y su hijo son esenciales. 

Un clínico puede ofrecer un diagnóstico para niños de tan sólo 4 años. Durante la evaluación, buscará si los síntomas de su hijo son principalmente de falta de atención, impulsivos, hiperactivos o una combinación de ambos. Esta información orientará el plan de tratamiento.

El tratamiento del TDAH suele ser polifacético y puede incluir alguna combinación de medicación, terapia conductual, formación de los padres y modificaciones y apoyos académicos (planes 504, IEP, tutorías, etc.).

Sin el apoyo y el tratamiento adecuados, los niños pueden tener dificultades académicas, sociales y emocionales.

Trastorno de oposición desafiante

El trastorno negativista desafiante (TOD) se caracteriza por una actitud persistente de desafío y desobediencia hacia las figuras de autoridad. El comportamiento de oposición es una etapa normal del desarrollo en los primeros años de vida y en la adolescencia. Pero cuando ese comportamiento se vuelve hostil, frecuente y extremo en comparación con otros de la misma edad, puede indicar un TOD.

Síntomas

Los síntomas del Trastorno Negativista Desafiante suelen presentarse con mayor intensidad en casa y en la escuela. Entre el 1% y el 16% de los niños y adolescentes en edad escolar padecen TOD.

Los síntomas del TOD incluyen

  • Rabietas frecuentes
  • Discusiones frecuentes con adultos
  • Molestar deliberadamente a otras personas
  • Cuestionar a menudo las normas y negarse a seguirlas
  • Culpar a los demás de los errores
  • Enfadarse con facilidad
  • Comportarse de forma vengativa

Diagnóstico y tratamiento

El TOD suele coexistir con otros trastornos del comportamiento. Si no se interviene, el TOD puede convertirse en un trastorno de la conducta, por lo que es importante un diagnóstico y tratamiento precoces. Para diagnosticar el TOD, un clínico realizará una evaluación exhaustiva, durante la cual también buscará trastornos coexistentes. 

Los padres y cuidadores desempeñan un papel clave en el tratamiento. Aprender a criar a un niño con TOD requiere formación. Además, la terapia familiar e individual suelen ser componentes del tratamiento. También pueden utilizarse medicamentos para controlar los síntomas.
Trastorno de conducta

El trastorno de conducta consiste en un patrón repetitivo de violación de los derechos de otras personas o de infracción persistente de las normas sociales apropiadas para su edad. Los niños con trastorno de conducta suelen ser considerados "malos" o delincuentes, pero en realidad padecen una enfermedad mental. 

Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle un trastorno de conducta. El maltrato o abandono infantil, el fracaso escolar y las experiencias vitales traumáticas son factores que pueden contribuir al trastorno de conducta.

Síntomas

El trastorno de conducta se presenta como una falta de respeto por las normas y un comportamiento socialmente inaceptable. Los niños con trastorno de conducta suelen mostrar falta de empatía y respeto por los demás.

Los signos del trastorno de conducta incluyen

  • Agresión física hacia personas o animales
  • Destrucción de la propiedad y vandalismo
  • Engaño y mentira
  • Robar
  • Infracciones graves de las normas (por ejemplo, escaparse, faltar a clase, incumplir el toque de queda).
 Los niños con trastornos de conducta suelen ser expulsados del colegio. Pueden requerir la intervención de la policía y, a veces, abusan de las drogas o el alcohol. 

Diagnóstico y tratamiento

Los adolescentes con trastorno de conducta pueden requerir intervenciones intensivas, como apoyo en el hogar o incluso internamiento en una residencia. Un niño con trastorno de conducta desconfía de los adultos, lo que complica el tratamiento. 

La terapia conductual, la psicoterapia, los apoyos académicos y la medicación son herramientas utilizadas para tratar el trastorno de conducta. La intervención y el tratamiento precoces producen los mejores resultados.

Los adolescentes con trastorno de conducta pueden requerir intervenciones intensivas

Trastorno explosivo intermitente

El Trastorno Explosivo Intermitente (TIE) es una enfermedad mental juvenil poco estudiada y tratada. Se caracteriza por actos recurrentes de violencia y destrucción desproporcionados a las circunstancias. Es el único trastorno clínico caracterizado por agresividad impulsiva.

Síntomas

El IED se parece a una rabieta. Los niños con IED pueden tirar cosas, meterse en peleas y mostrar un comportamiento abusivo.
Los síntomas del IED incluyen:
  • Rabia
  • Irritabilidad
  • Pensamientos acelerados
  • Alta energía
  • Palpitaciones, opresión en el pecho
  • Rabietas
  • Discusiones y gritos
  • Peleas físicas
  • Amenazas de violencia
  • Agresiones a personas o animales
  • Daños a la propiedad
  • Diagnóstico y tratamiento
Un clínico diagnostica el IED a través de una cuidadosa evaluación de la historia clínica y psiquiátrica del niño, y por la presencia de síntomas sostenidos que cumplen criterios específicos.

Para ser diagnosticado de IED, una persona debe mostrar agresividad verbal o física dos veces por semana durante tres meses, o mostrar tres episodios de destrucción de la propiedad en el transcurso de 12 meses, o mostrar tres episodios de agresión que hayan provocado lesiones físicas en los últimos 12 meses.

El tratamiento de la IED suele incluir una combinación de medicación y terapia cognitivo-conductual (TCC). También pueden ayudar técnicas de afrontamiento como la relajación, aprender a salir de situaciones estresantes y evitar las drogas y el alcohol.

El Trastorno Explosivo Intermitente (TIE) es una enfermedad mental juvenil poco estudiada y tratada.

Causas

Se desconoce la causa exacta de los trastornos de conducta, pero existen algunas teorías sobre cómo podrían desarrollarse. Es posible que influyan factores aprendidos, de desarrollo, ambientales y genéticos.

Los niños con antecedentes familiares de trastornos por consumo de sustancias, trastornos de la personalidad y trastornos del estado de ánimo tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de conducta.

Tratamiento

Cuanto antes se inicie el tratamiento de un trastorno de conducta, mejor. Si detecta algún síntoma de trastornos de conducta en su hijo, es conveniente que solicite una evaluación de inmediato.

Los tratamientos varían en función del diagnóstico de su hijo y de la gravedad del trastorno. Colabore con el médico o el especialista de su hijo para elaborar un plan que todos puedan cumplir.

Psicoterapia

La psicoterapia suele ser un componente esencial del tratamiento de los trastornos de conducta. La psicoterapia ofrece un espacio para procesar pensamientos y emociones. También puede enseñar habilidades sociales, conductuales y formas de manejar adecuadamente la ira. 

La TCC puede ser especialmente útil para ayudar a una persona a aprender a modificar su comportamiento. La terapia familiar puede ofrecer un espacio para resolver conflictos interpersonales y aprender nuevas formas de comunicarse de manera saludable.

El apoyo de los padres, es muy importante.

Medicación

La medicación es una herramienta de tratamiento útil para muchos trastornos de conducta. La medicación suele combinarse con la psicoterapia.

Los medicamentos más comunes son:
  • Estimulantes, como Adderall (dextroanfetamina) y Ritalin (metilfenidato).
  • No estimulantes, como Strattera (atomoxetina) e Intuniv (guanfacina)
  • Antidepresivos como Prozac (fluoxetina), Wellbutrin (bupropión) y Zoloft (sertralina). 
  • Anticonvulsivos como Klonopin (clonazepam) 
  • Tranquilizantes como Valium (diazepam), Xanax (alprazolam) y Ativan (lorazepam).

Educación de los padres

La educación de los padres es clave para el éxito del tratamiento. Cuando un niño padece un trastorno de conducta, aprender a comunicarse eficazmente, evitar los desencadenantes y controlar los arrebatos de su hijo puede ayudar a mantener un entorno tranquilo y estable.

Unas palabras de Verywell

Si sospecha que su hijo puede tener un trastorno del comportamiento, es posible que se sienta abrumado o responsable. Estas emociones son comprensibles. Los síntomas de los trastornos del comportamiento pueden afectar a toda la familia. Si su hijo tiene un trastorno del comportamiento, recuerde que no es culpa suya.

El tratamiento puede aliviar los síntomas de su hijo. Cuanto antes reciba un diagnóstico y un plan de tratamiento, antes podrá encontrar alivio y empezar a sentirse bien de nuevo. Usted puede demostrar a su hijo que está ahí para apoyarle comprometiéndose con la formación de los padres, la terapia familiar y ayudándole a acudir a sus citas.

Post a Comment

Previous Post Next Post

AD

AD

Contact Form