Por Amy Morin, LCSW Actualizado el 31 de enero de 2021./ Revisado médicamente por Ann-Louise T. Lockhart, PsyD, ABPP.
Es importante que su hijo sepa que suspender un examen de ciencias o fracasar en el juego no le convierte en una víctima. El fracaso, el rechazo y la decepción forman parte de la vida. Ayude a su hija a aprender a responsabilizarse personalmente de su forma de pensar, sentir y comportarse para que no vaya por la vida insistiendo en que es una víctima de la gente mala y de circunstancias desafortunadas. Incluso cuando se enfrente a dificultades, haga que su hija se vea a sí misma como una persona mentalmente fuerte que puede soportar la adversidad.
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Cómo frenar la mentalidad de víctima de su hijo |
Consejos para prevenir la mentalidad de víctima
Tanto si ya percibe señales de advertencia de una mentalidad de víctima, como si espera prevenir la actitud de "pobre de mí" antes de que empiece, aquí tiene siete pasos que puede dar para empoderar a su hijo:
Crear rituales de gratitud
La gratitud mantiene a raya la autocompasión. Dedique tiempo a hablar de lo que agradece cada día. Incluso cuando te encuentres con circunstancias difíciles, modela una actitud agradecida.
Cree rituales diarios que ayuden a su hijo a reconocer todas las razones que tiene para estar agradecido. He aquí algunas ideas:
- Durante la cena, pregúntele a su hijo qué fue lo mejor de su día.
- A la hora de acostarse, pídele que mencione tres cosas buenas que le hayan pasado.
- Crea un tablón de anuncios de gratitud y pégale notas describiendo lo que agradeces cada día.
Silenciar el pensamiento negativo
Algunos niños tienden a tener una visión más pesimista que otros. Pero con un poco de ayuda, pueden reconocer que su pensamiento negativo puede no ser acertado. Ayude a su hijo a silenciar su pensamiento negativo buscando excepciones a la regla. Si insiste: "Nunca hago nada divertido", recuérdele las actividades divertidas en las que ha participado recientemente. Si dice: "Nunca le caigo bien a nadie", señale a la gente a la que sí le caigo bien.
Afrontar las emociones incómodas
Enseñe a su hijo a afrontar emociones incómodas, como el miedo, la ansiedad, la ira y la tristeza. Los niños que tienen habilidades de afrontamiento sanas son menos propensos a insistir en que los acontecimientos menores son catastróficos. Discipline el comportamiento de su hijo, no la emoción. Hágales saber que las emociones están bien, pero que es importante manejarlas de una manera socialmente apropiada. Enséñele formas sanas de expresar sus sentimientos y evite que organice su propia fiesta de compasión cada vez que se enfade.
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Durante la cena, pregúntele a su hijo qué fue lo mejor de su día. |
Por ejemplo. Un niño que confía en su capacidad para manejar la decepción no se lamentará de que la vida no es justa cuando llegue la hora de abandonar el patio de recreo.
Enseñar a resolver problemas
Los niños que carecen de habilidades para resolver problemas suelen adoptar una actitud pasiva ante la vida. Un niño que no sabe hacer los deberes de matemáticas puede resignarse a suspender sin ni siquiera intentar encontrar una solución. O un niño que no entra en el equipo de fútbol puede llegar a la conclusión de que es un atleta terrible.
Enseñe a su hijo a resolver problemas. Un niño que actúa cuando se enfrenta a dificultades es mucho menos probable que se vea a sí mismo como una víctima indefensa. Los niños con una buena capacidad de resolución de problemas pueden evitar que los pequeños tropiezos se conviertan en grandes obstáculos.
Ayudar a los demás
Es fácil que los niños piensen que ellos tienen los mayores problemas del mundo. Mostrarles que hay muchas otras personas con problemas mayores puede ayudarles a ver que todo el mundo se enfrenta a dificultades. Ayudar a otras personas puede demostrar a tu hijo que, por muy joven que sea o por muchos problemas que haya tenido, tiene la capacidad de ayudar a otra persona.
Ofrézcase como voluntario en un comedor social, ayude a un vecino anciano a trabajar en el jardín o participe en un proyecto de recaudación de fondos. Haga que su hijo participe en actividades de servicio a la comunidad con regularidad para que pueda reconocer las oportunidades de hacer del mundo un lugar mejor.
Enséñele a ser asertivo
Enseñe a su hijo que no tiene por qué ser una víctima pasiva. Si otro niño le quita un juguete de la mano, ayúdele a pedir que se lo devuelva. O, si otros niños se meten con él en el colegio, háblale de cómo pedir ayuda a un profesor. Los niños con habilidades de asertividad pueden hablar y decir: "No hagas eso" o "No me gusta que hagas eso". Capacita a tu hijo para usar la palabra y reducirás la probabilidad de que se convierta en víctima.
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Enseñe a su hijo a resolver problemas. |
Representar situaciones difíciles
Los juegos de rol son una magnífica herramienta pedagógica porque los niños aprenden mejor cuando tienen la oportunidad de practicar sus habilidades de primera mano. Ayude a su hijo a evitar la mentalidad de víctima mostrándole cómo afrontar proactivamente las situaciones difíciles. Si dicen que nadie juega con ellos en el recreo, ayúdales a practicar preguntando si pueden jugar contigo. Cuando se den cuenta de las opciones que tienen para responder a situaciones difíciles, será más probable que actúen de forma positiva.