¿Es el acaparamiento un problema para su hijo?

Por Terri Mauro Actualizado el 30 de abril de 2021. / Revisado médicamente por Amy Morin, LCSW.

¿Se ha preguntado alguna vez si su hijo tiene problemas de acumulación? Tal vez haya mirado en la habitación de su hijo, con montones de objetos inusuales que se elevan hasta el techo -recibos, bolsas de plástico, basura recogida del suelo, revistas de coches gratis del supermercado, coches de juguete con los que nunca ha jugado pero que guarda celosamente- y se haya preguntado: "¿Es mi hijo un acaparador? ¿Debería hacer algo para impedirlo?".

¿Es el acaparamiento un problema para su hijo?

 
Por el momento, el acaparamiento no es un diagnóstico psiquiátrico real, aunque puede ser un síntoma de diagnósticos como el trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno reactivo del apego.


No es inusual que los niños con discapacidades del desarrollo coleccionen obsesivamente objetos que a los demás les pueden parecer trastos acumulados, y tampoco es necesariamente perjudicial.

Estas preguntas pueden ayudarle a determinar si el acaparamiento de su hijo puede ser un signo de problemas psiquiátricos o si se trata de un comportamiento perseverativo con el que se puede trabajar. Si responde "sí" a las preguntas primera a cuarta, pida ayuda al médico de su hijo o a un profesional de la salud mental. Si responde "no" a esas preguntas pero "sí" a algunas de las demás, siga las sugerencias para utilizar esos intereses obsesivos para mejorar la comunicación y la interacción de su hijo.

1. ¿Mi hijo corre peligro físico por el acaparamiento?

Hacen falta muchísimas cosas para ser realmente un peligro. Una habitación desordenada y llena de cosas que tu hijo valora más que tú no es por sí misma motivo de preocupación.

Pero si su hijo no puede salir de la habitación o usted no puede entrar, eso es un problema. Si su hijo acumula cosas que pueden ser perjudiciales -basura sucia, por ejemplo, u objetos con bordes afilados-, eso es un problema. Si el montón de papeles de su hijo está pegado a la calefacción o supone un riesgo, es un problema, pero probablemente pueda solucionarse con unos cubos de almacenaje.

Consulte a un profesional de la salud mental si el acaparamiento pone a su hijo o a su familia en peligro físico, y su hijo se resiste a los esfuerzos por resolverlo.


2. ¿Mi hijo acumula comida?

Dejando a un lado los chistes sobre adolescentes con cortezas de pizza y sándwiches viejos debajo de la cama, el acaparamiento de comida puede ser un signo de un problema grave para un niño o adolescente. Entre los niños que pueden esconder y acaparar comida se encuentran los que padecen trastornos alimentarios, síndrome de Prader-Willi y trastorno reactivo del apego.

No es necesariamente anormal que un niño esconda su tentempié favorito o algún caramelo comprado a escondidas en un cajón de la habitación o en la mochila, pero si observa que su hijo acumula grandes cantidades de comida, se da atracones de comida acumulada, roba comida para acumularla o muestra una fijación malsana por la comida, es hora de que se lo comente a un profesional de la salud mental o al médico de su hijo.

3. ¿Mi hijo roba cosas y las acumula?

Los niños con un interés obsesivo por los objetos insólitos suelen acaparar objetos encontrados, pero coger activamente objetos que pertenecen a otros y guardarlos es siempre motivo de preocupación.

Sin embargo, es importante tener en cuenta la intención: No es lo mismo un niño que no entiende que las chucherías del salón deben estar en el salón y no en una bolsa de plástico en su habitación que un niño que coge deliberadamente los objetos más queridos de sus hermanos y los esconde desordenadamente en un rincón oculto de su habitación.

Poner los objetos atractivos fuera de la vista ayudará con el primer problema, pero no con el segundo, que puede requerir la intervención de un profesional de la salud mental para determinar por qué se producen los robos.

No es lo mismo un niño que no entiende que las chucherías del salón deben estar en el salón y no en una bolsa de plástico en su habitación

4. ¿Interfiere el acaparamiento con la participación en actividades normales?

Una regla general para determinar cuándo un comportamiento se convierte en un trastorno es si impide al individuo realizar sus actividades cotidianas normales. ¿Puede su hijo dejar la colección acumulada para ir al colegio? ¿Jugar con los amigos? ¿Participar en las comidas y actividades familiares?

Muchos niños con necesidades especiales pueden sentirse muy cómodos con la presencia de sus objetos, pero no se relacionan con ellos constantemente ni los utilizan como una forma de bloquear el mundo real.

Si descubre que el acaparamiento de su hijo interfiere con actividades importantes de la vida (y no sólo con algo como "mantener ordenada su habitación"), es una buena señal de que ha llegado el momento de hablar con el médico o el profesional de salud mental de su hijo sobre el acaparamiento.

5. ¿Puedo organizar los objetos que acumula mi hijo?

Los niños que se rodean de objetos de interés obsesivo pueden ser asombrosamente conscientes de cualquier cambio en su colección, aunque a usted esa colección le parezca un montón de papeles esparcidos por el suelo. Esto puede dificultar las limpiezas clandestinas. Pero usted puede ayudar a su hijo a poner un poco de orden en el caos, siempre que no elimine ningún objeto.

Hable con su hijo de opciones como cubos de plástico transparente para mantener los objetos ordenados pero a la vista; estanterías en las que apilarlos; archivadores o cajoneras para clasificarlos y guardarlos; unidades de almacenamiento bajo la cama; y otras formas de satisfacer tanto la necesidad de su hijo de acumular objetos como la suya de cruzar el suelo a la hora de acostarse.

Si su hijo se resiste a tocar sus cosas, incluso cuando se trata de satisfacer su necesidad, es posible que deba consultar a un profesional de la salud mental.


6. ¿Puedo interactuar con los objetos que acumula mi hijo?

Puede que su hijo chille si usted toca los objetos acumulados para tirarlos, pero ¿existe la posibilidad de jugar con él utilizando esos objetos? Siga el ejemplo de su hijo y muestre interés por esos objetos que despiertan tanta pasión, aunque usted no vea cuál es el problema.

Pídale que le enseñe sus objetos favoritos o que le hable de ellos. Hazle preguntas. Intente jugar con los objetos como lo hace su hijo. Puede que sea una puerta por la que entre en el mundo privado de su hijo, y no es una puerta que quiera cerrar de golpe.

7. ¿Se pueden utilizar los objetos acumulados como recompensa?

Encontrar algo que motive fuertemente a un niño con necesidades especiales puede ser un gran reto para los padres, así que si su hijo tiene objetos que colecciona obsesivamente, tal vez pueda utilizarlo a su favor.

Suponiendo que los objetos no sean dañinos y que estén bajo control desde el punto de vista organizativo, darle un coche, una llave, una revista o un trozo de papel de su bolso a cambio de una tarea que le interese a usted puede ser un intercambio aceptable para ambos. También puedes plantearte establecer un sistema de fichas cuya recompensa final sea un objeto para la "colección" de tu hijo.

8. ¿Se pueden utilizar los objetos acumulados para fomentar la comunicación?

Hablar con su hijo sobre su "colección" en lugar de gritarle por ello es una forma de utilizar estos objetos con fines comunicativos. Otra es dejar que el niño le haga preguntas sobre los objetos que le interesan.

Un niño que ve poca necesidad de conversar puede animarse a preguntar por un recibo, un coche o una llave. Busque objetos que puedan interesar a su hijo y entable una conversación sobre ellos. Trabajen juntos para encontrar objetos que añadir. Su hijo siempre estará más dispuesto a comunicarse sobre cosas que le interesan intensamente que sobre cosas en las que ve poco valor o atractivo.

9. ¿Ha permanecido igual el acaparamiento o se ha movido en una dirección positiva?

A medida que los niños crecen y se desarrollan, su relación con los objetos acumulados puede cambiar. Puede que pierdan interés y dejen que se deshagan de un alijo de objetos para hacer sitio a otro. Sobre todo si ha podido fomentar algunas de las interacciones indicadas anteriormente, es posible que su hijo tenga una visión más sofisticada de los objetos, más cercana a una colección que a un acaparamiento.

Con suerte, el acaparamiento se mantendrá neutro o mejor. Sin embargo, si sus respuestas a algunas de las preguntas anteriores empiezan a cambiar y el acaparamiento de su hijo empieza a parecer enfermizo, pida ayuda.

10. ¿Yo también acumulo cosas?

Confiésalo: ¿Usted también tiene objetos que necesita conservar y que los demás no valoran? ¿Cajas llenas de papeles del colegio de su hijo? ¿Recibos de hace mucho más tiempo del que Hacienda querría ver? ¿Juguetes y electrodomésticos rotos? ¿Ropa que nunca volverás a ponerte?

Muchos de nosotros tenemos nuestra propia versión del acaparamiento, más controlada y menos loca que la que se ve en esos reality shows, pero lo suficiente como para sentir cierta simpatía por las obsesiones de nuestros hijos.

A menudo, la diferencia entre tesoro y basura está en el ojo del que mira. Extienda esa misma comprensión a su hijo.

 


Unas palabras de Verywell

Lo más importante que puede hacer como padre es abordar a tiempo una tendencia al acaparamiento, ya que puede empeorar con el tiempo. La buena noticia es que hay formas de ayudar a su hijo. Si le preocupa que su hijo sea acaparador, hable con su pediatra. Puede que le remita a un terapeuta o le sugiera otro tratamiento.


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